A todos nos sucede que tenemos días de caminar lento. Días es que quisiéramos estar en la cama y no salir de ahí. Es normal que eso ocurra. Es normal a veces sentir que estamos estancados y hasta sentimos deseos de llorar.
Tener momentos de caminar lento no es malo. A todos nos pasa. Lo que no podemos permitir es que ese pensamiento nos domine y se adueñe de nuestras vidas y nuestra rutina.
Camina lento pero recupera tu enfoque, levanta la mirada en busca de lo que deseas lograr y vive en agradecimiento. No por lo que falta sino por lo que tienes. La vida es linda, es buena, es única.
Deja tu huella en el mundo. Enfoque y dirección.
Bendiciones.
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