- By: Arleen Nieves
Una taza de café caliente

Hoy pude sentarme junto a ti y charlar por algunas horas. Te hablé de algunas de mis metas y de cosas que no sabías de mí, aún cuando compartimos tanto.
Una taza de café caliente, fue suficiente para descansar y junto a ti disfrutar de un tiempo a solas. Y fue más valioso ese instante, que muchas otras cosas en la vida. Incluso aquel sobre que me llegó hoy al buzón.
La vida nos ofrece tanto y a veces no nos damos ni cuenta con el ajetreo diario.
Algo que hoy solucionamos con una taza de café caliente.
Fue en esa charla que re-descrubrí que eres mi mejor espectador.
A quien puedo hablarle sin tapujos, sin miedo a equivocarme.
Una taza de café caliente, la misma que nos tomamos todas las mañanas.
Pero la de hoy fue diferente porque mirabas a mis ojos mientras la tomabas.
Después volvimos a la rutina, los niños, el tráfico, la vida.
Pero una taza de café caliente, como la de hoy...ninguna.
Solo espero volver a verte, y tenerte algún día, sin prisa, sin presiones
para tomarnos otra taza de café caliente...tan rica como la de hoy.
-Arleen